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Uno de los tantos recuerdos en forma de construcciones que la civilización maya ha dejado en el actual territorio de Honduras es el denominado “Templo de Rosalila”. Concretamente, se trata de un espacio que fue levantado en el año 571, y que se encuentra dentro de la llamada “Pirámide 16”, dentro del complejo histórico arqueológico maya de Copán, una de las mayores atracciones turísticas del país.

Hay que destacar que en el pasado, este templo se utilizaba para diversas ceremonias, entre ellas el culto al rey de Copán, que a menudo se identificaba con el sol, y que fuera construido por el décimo gobernante de la dinastía maya, conocido bajo el nombre de “Luna Jaguar”. Fue adquiriendo color rosáceo con el paso de los años, y por eso ahora se lo conoce como “Rosalila”.

El espacio, en tanto, fue descubierto por el arqueólogo hondureño Ricardo Agurcia Fasquelle en el año 1989. Los científicos consideraron entonces que el mismo fue construido por los mayas y después enterrado sin destruir para la construcción de otra pirámide, justamente lo que permitió que luego se mantuviera prácticamente intacto, aunque se tienen que atravesar una serie de túneles para llegar a él.

No es menos importante señalar que el estado de conservación de este sitio es excelente, ya que se mantiene su estructura completa, incluyendo además ofrendas como excéntricos, conchas marinas, un cuenco de jade, espinas de manta raya, uñas de jaguar, vértebras de tiburón y cuchillos de pedernal, entre otros.

Vía: Tu Discovery
Imagen: Arte y Fotografía

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