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Más allá de las grandes ciudades como Tegucigalpa, Honduras cuenta con otras localidades más pequeñas, e incluso municipios, que bien valen la pena ser visitados. Tal es el caso del llamado “de la Ojojona”, que se incluye dentro del departamento de Francisco Morazán, habiendo sido fundado el mismo en 1579, gracias a la intervención de mineros españoles dedicados a los trabajos de las minas de oro y plata de la región.

Hay que destacar que este municipio está relativamente cercano a la capital del país, ya que se halla a sólo 34 kilómetros al sur de la misma, con un gran atractivo turístico que se basa, por ejemplo, en su más que interesante variedad de alfarería y artesanías en madera, con vendedores ambulantes que se encuentran allí casi todos los días ofreciendo sus productos al público.

Para llegar a este espacio, se debe tomar la llamada carretera Panamericana, una de las que mejor estado presenta dentro del territorio hondureño, y que está totalmente asfaltada, recorriendo siete kilómetros por esta vía. Allí ya podremos encontrar espacios recreativos como las iglesias y viviendas de la época, o las ferias patronales, como la de San Sebastián, el 20 de enero, o la de San Juan Bautista, el 24 de junio.

En cuanto a la historia de este sitio, debemos destacar que aparecen menciones de su esplendor en escritos del año 1739, cuando se comienzan a dividir las tierras en títulos por parte de los pobladores locales.

Vía: Te Gusta Honduras
Imagen: Panoramio

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