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En 1840 Comayagua era la capital de Honduras, luego fue trasladada a Tegucigalpa en 1880. En el siglo XX se desarrollaron los cultivos de la tierra, viene la transnacional Standard Fruit Company para desarrollar la siembra del banano, comienza la migración del campo a la ciudad.

En el siglo XIX se proyectó la línea de ferrocarril desde la costa caribeña a la capital, pero agotó su presupuesto cuando alcanzó la ciudad de San Pedro Sula, por lo que se convirtió así San Pedro en el principal centro industrial y la segunda ciudad más grande.

Desde la independencia, casi 300 rebeliones internas han sacudido el país, guerras civiles y cambios del gobierno, más de la mitad de ellos durante el siglo XX.

El país tradicionalmente careció tanto de una infraestructura económica como de integración social y política. Su economía basada en la agricultura vino a ser dominada en este siglo por compañías estadounidenses que establecieron enormes plantaciones de plátano a lo largo de la costa del norte.

El capital extranjero, la vida de plantación, y la política conservadora dominaron Honduras desde el tardío XIX hasta mediados del siglo XX. Durante los años relativamente estables de la Gran Depresión, el general autoritario Tiburcio Carias Andino controló Honduras.

Sus lazos con dictadores de países vecinos y con compañías de plátano estadounidenses le ayudaron a mantener el poder hasta 1948. Para entonces, los líderes provinciales militares habían comenzado a ganar el control de los dos partidos principales, los Nacionalistas y los Liberales.

En el panorama político hondureño, la experiencia democrática del gobierno del Presidente Ramón Villeda Morales (1957-1963) representa un corto pero importante momento para la democracia.

En mayo de 1953 Villeda Morales presenta a la Convención de su Partido dos documentos eleborados por su equipo de trabajo: Los nuevos «Estatutos» y la actualización del «Programa Ideológico» del Partido Liberal de Honduras.

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