En esta Semana Santa, cientos de turistas nacionales y extranjeros están partiendo a las playas y los centros turísticos de Honduras.
En total, van viajando unos dos millones de turistas hacia los ríos, playas y sitios arqueológicos, además de parques y ciudades coloniales como Comayagua.
Muchos hacen fila para viajar a Catacamas y ya están reclamando por las alzas en los pasajes, que por estas fechas son considerables, al igual que el precio de los alimentos marinos, cosa que yo encuentro abusiva ya que las alzas a veces duplican y hasta triplican los precios normales.
Pero el turismo no decae en Honduras, a pesar de la crisis, porque nadie quiere sacrificar su única oportunidad de salida anual.
Tegucigalpa ya se está viendo liberada con la cantidad de gente que se está moviendo a otras regiones del país, en su mayoría al norte, donde están las mejores playas.
Como es usual por estas fechas, dentro de las ciudades casi no se ve mucho tráfico de vehículos y los controles policiales aumentan para que no vayan buses sobrecargados de pasajeros y para verificar que cumplan con sus revisiones técnicas.
Los conductores de vehículos y autobuses ya están con aviso por parte del Ministro de la Comisión Permanente de Contingencias para que manejen con cuidado, aunque ya sabemos que por alguna extraña razón, muchos se enloquecen cuando tienen oportunidad de salir, y ahí está el peligro de accidentes. A fin de cuentas, andar por la carretera en estas fechas es algo patológico, y creo que la peor parte es cuando toca regresar, por los atochamientos.