5.jpg

Sin embargo, la exposición de Castro llevó a las y los asistentes a reconocer que es posible purificar y recuperar las aguas que aún están presentes en las vertientes naturales. «Es una tarea difícil pero no imposible, pues de forma técnica se puede lograr», manifestó Castro.
 
«Lo que se necesita es que haya voluntad política y que los pobladores estén conscientes de lo que representa la protección de los recursos, en este caso el agua», dijo el docente.
 
PAÍSES POBRES, SIN APOYO 

Ingrid Spiller, representante de la fundación Heinrich Böll para México, América Latina y El Caribe, apuntó que, en el marco de la crisis financiera mundial, uno de los peligros más cercanos es el riesgo que corren los países pobres de quedarse sin apoyo para proyectos de agua y saneamiento. «Esto sólo es un planteamiento que nos hacemos desde nuestra perspectiva, que esperamos no se concrete», dijo Spiller.
 
La cantidad de agua que se consume por habitante del planeta, señaló la experta, ha aumentado en las últimas décadas. En la obtención de la rodaja de pan que una persona de clase media saborea por la mañana, se necesitan 568 litros de agua incluyendo todo el proceso, desde la preparación de los ingredientes hasta la elaboración del producto final.
 
Esta misma persona, al final del día, ha consumido en el ejercicio de las actividades cotidianas miles de litros de agua. Sin embargo, es un hecho que la proporción de agua que se consume en la actualidad dentro de algunos años no será igual. La causa principal es la falta de planes de sustentabilidad del vital líquido.
 
«A nosotros nos preocupa la crisis financiera que se vive a nivel internacional, debido a que las familias con menores ingresos son los que en la actualidad pagan los precios mas altos por el agua para el consumo»,  finalizó Spiller.

Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el permalink.