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LAGO YOJOA

El Lago de Yojoa es un depósito natural de agua formado hace 120 millones de años, si bien existe un registro de intensa actividad volcánica hace cinco millones de años que contribuyó a cerrar los desagues de los ríos.

El suelo tiene un color anaranjado, que indica la presencia de hierro, componente importante para los cultivadores de piña en las márgenes noroeste.

El Lago Yojoa se encuentra comprendido entre dos cadenas montañosas: las montañas de Santa Bárbara y el Cerro Azul Meambar, hoy parques nacionales donde la vegetación muestra gran diversidad.

La superficie del lago abarca 90 km2 y la cuenca (Zona Protegida), comprende una superficie total de 90 km2.

Toda esta área constituyó desde tiempos antiquísimos un gran ecosistema con flora y fauna abundante que atrajo la presencia humana.

Objetos de jadeíta y obsidiana, puntas de flechas diminutas, cerámica esgrafiada y policroma dejan constancia de una ocupación que va del año 300 a. C. al 1000 d. C., aunque es muy probable que se haya prolongado hasta los tiempos de la Conquista.

Algunas de estas evidencias fueron encontradas en las islas El Venado y Las Ventanas, hasta donde llegaron los cayucos de los mayas, cruzando las aguas doradas del Yojoa.

Esta riqueza geográfica de islotes, que asoman su cabeza como tapires o caimanes gigantescos, se completa con las numerosas cavernas de los alrededores.

A principios de siglo, el lago era cruzado por un ferry de una a otra orilla, pero desde mediados del siglo se construyó la carretera que bordea la parte oriente y permite apreciar la belleza de su aisaje, con las montañas Santa Bárbara y Cerro Azul Meambar como fondo.

Espesa vegetación donde abundan los árboles de madera dura: naturaleza virgen de la que los hondureños aún pueden enorgullecerse.

Población más cercana: Comayagua. Cómo llegar: De Tegucigalpa hacia el noroeste, vía Comayagua, 155 km; de San Pedro Sula, 87 km.

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