Conocida por su importancia como la “Notre Dame de Suyapa”, esta Basílica tiene su origen en el hecho de la aparición de una imagen de la Virgen de Supaya en el siglo XVII, que fuera descubierta y venerada desde entonces, sobre una ermita construida para ello en la aldea de Suyapa erigida en 1780, en un reducto cercano a Tegucigalpa.
Considerando que, en 1925 la Virgen de Suyapa fue declarada patrona de Honduras por el Pontífice Pío XII, algunos años más tarde el administrador apostólico de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, Monseñor Emilio Morales Roque, ordenó la construcción de una nueva Catedral para la Virgen, cuya imagen igualmente había sido robada en 1936.
Entonces, en terrenos de una adinerada familia local se preparó el proyecto, que comenzó recién en 1954 y que se estrenó en 1969, año que fue nombrada Capitana de las Fuerzas Armadas de Honduras. De hecho allí el papa Juan Pablo II ofreció una misa en su única visita a Honduras, frente al retablo de la Patrona de los hondureños.
En cuanto a los aspectos arquitectónicos de este recinto, cabe mencionarse que es más bien moderno, con un característico color blanco en el frente. El típico estilo de cruz latina se hace presente, con dimensiones más grandes de las normales en estos casos, gracias a los casi cien metros de longitud del recinto. Además, el hermoso altar principal de adoración se encuentra en el fondo de la nave, bajo la cúpula, y los vitrales terminan de redondear las hermosas vistas interiores.
Vía: Turismo en Fotos
Imagen: Arquitecturas C